Por REDACCIÓN SEDE
El juego es considerado unánimemente como una actividad cotidiana en los niños/as, una actividad espontánea que no es necesario motivar o favorecer para que tenga lugar.
La distribución del tiempo en la vida de un niño/a se reparte entre la escuela en gran medida y en casa. En su hogar generalmente puede jugar libremente sin limitaciones importantes más que las de su imaginación, en cambio, ¿cuánto tiempo dedican al juego en la escuela?
Las actividades en la escuela se distribuyen en función de áreas de conocimiento, así tenemos Conocimiento del Medio, Matemáticas, Lengua castellana y literatura, etc. Estas actividades generalmente se centran en adquirir contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que a su vez se organizan en bloques. Esta organización obedece a unas finalidades educativas que en el territorio español se concretan en la transmisión de unos conocimientos propios del contexto socio-cultural pasado y presente. Estos conocimientos en teoría deben preparar para integrarse en la sociedad.
Sin ánimo de valorar en esta ocasión el currículum y la finalidad del mismo, sí queremos señalar la importancia de la metodología que se emplea en la enseñanza y el valor del juego en la misma.
Los niños/as aprenden matemáticas, aprenden acontecimientos históricos, pero las pregunta que formulamos son las siguientes: ¿Cómo aprenden? ¿Qué medios didácticos se utilizan? ¿Cuál es la preparación de los docentes?
Aprenden en base a actividades que mayoritariamente requieren un esfuerzo de corte disciplinar por parte de los educandos, sentados en pupitres que se orientan hacia una tarima, básicamente de forma individualizada y con refuerzos de carácter repetitivo para favorecer la asimilación.
Los medios se centran en encerados, mesas individuales con sus respectivas sillas y un profesor para 30 o más alumnos.
La preparación de los docentes se fundamenta en contenidos que deben ser transmitidos en base a un diseño curricular administrativo que pretende ser orientador de la transmisión necesaria para los futuros ciudadanos/as.
¿Y el juego? El juego no deja de ser un actividad secundaria que se permite en los recreos y en áreas como Educación Física o Educación Artística que aparentemente revisten un carácter menos serio y formal.
¿Es un planteamiento adecuado?
No, porque las teorías del aprendizaje señalan la necesidad enlazar con las experiencias previas de los educandos, de utilizar elementos motivacionales adecuados a la edad, de dotar de significación al aprendizaje, etc., y esto nos lleva a considerar el juego como elemento fundamental en la metodología de enseñanza.
El niño aprecia la vida, la calle, el hogar como lugares para el juego sin valorar si es serio o no, o acaso ¿alguien puede justificar que el juego no es serio para los niños/as?
Los argumentos que se suelen esgrimir en contra son aquellos en los que se considera imprescindible una disciplina, un trabajo, un orden, porque así se lo va a exigir la vida adulta en una sociedad que responde a esos mismos patrones.
Pues cabe decir que a través del juego, eso mismo puede lograrse con la suficiente paciencia y altas dosis de trabajo y tolerancia. ¿Cómo?
Tenemos un amplísimo abanico, ilimitado quizás de posibilidades en el mundo del juego y estos son algunas:
- Juegos de cooperación
- Juegos de deshinibición
- Juegos de expresión
- Juegos de simulación
- Juegos de lógica
- Juegos de historia
- Juegos psicológicos
- Juegos de cartas
- Juegos de mesa
- Juegos de lengua
- Etc.
